¡Madre solo hay una!
Por Paola García.
Para nosotros que somos latinoamericanos la palabra “mamá” tiene un peso imposible de describir, para bien o para mal; la figura materna es un pilar necesario a nivel social pues la madre no solo es capaz de cargar una nueva vida en el vientre, sino que también es aquella con una bondad tan extraordinaria que sacrifica parte de su vida por el bienestar de alguien más quien, no siempre, paga con la mejor moneda.
Hoy, 10 de mayo, en este día tan especial, me gustaría celebrar y abrazar a todos los tipos de mamá que existen: a las que tuvieron la enorme dicha de gestar un bebé a lo largo de nueve meses, a las que -con su gran corazón y desbordado amor- han decidido adoptar y dar una oportunidad de oro a un pequeño o pequeña condenados a un futuro incierto, a las guerreras mamás arcoiris que después de una pérdida, reciben una vez más un regalo divino a través de otro embarazo, así como a las que no tuvieron la dicha de tener entre sus brazos a esa ilusión que con tantas ganas esperaban.
En el 2022, tomé un curso sobre muerte perinatal en el que aprendí que, incluso aunque el embarazo no llegue a su fin, estas mujeres siempre tendrían que reconocerse a sí mismas como madres porque lo son y, no solo eso, sino dar un nombre a ese bebé para recordarlo y honrarlo de la manera más amorosa; y, ¿saben algo? agradezco enormemente esta información porque es un valor que deberíamos compartir entre nuestras amigas, hermanas, primas, conocidas, etc.. porque es un tema tabú y esas mamitas que lloran a la sombra aquello que pudo ser y no sucedió, merecen nuestro apapacho, nuestro reconocimiento y toda nuestra admiración porque son mujeres valiosas que, a pesar de la pérdida y el dolor, hoy van tras sus sueños, son hermosas personas que buscan el bien común y reparten amor a propios y extraños sin hacer diferencias.
Las que hoy tenemos la dicha de contar con un pequeño o pequeña sabemos el gran reto que esto representa, el lograr terminar un embarazo es una de las hazañas más difíciles que una mujer pueda lograr pues significa pasar miles de retos y, una vez que ese bebé está ya en nuestros brazos, viene la parte de la división pues hay que sacarle jugo al tiempo para darle su momento a la crianza, a las labores del hogar, al trabajo, a la pareja, a una misma, etc… Si nos detenemos unos instantes a analizar la labor que hacemos como madres, en ese momento, dejamos de lado nuestros traumas y nos reconocemos como las chingonas que somos, porque en nuestros hombros cae el peso de la sociedad, el formar individuos de bien es una labor titánica y de grandes desafíos.
Celebremos nuestra feminidad … celebremos nuestra maternidad todos los días de año, reconociendo nuestro valor, nuestra entrega, nuestra garra, nuestro compromiso, nuestra valentía, porque llegar al punto en el que estamos no es tema fácil, es imperativo tener amor de sobra, ganas de compartir y sobre todo una enorme tolerancia y compromiso con nosotras mismas y nuestro entorno. ¡Feliz día a cada madre de este planeta porque no me cabe duda de que: madre solo hay una!