¿Cómo romper el ciclo de la violencia doméstica?

¿Qué es la violencia doméstica?

Para definir la violencia doméstica, es necesario entender el concepto de “familia” que en pleno siglo XXI, por definición, es la unidad básica de la sociedad pues en su núcleo los individuos adoptan su identidad, adquieren su autonomía y forjan las bases de su educación. La ONU señala que la familia “… se trata de la unión conformada por vínculos consanguíneos o por un vínculo constituido y reconocido legal y socialmente como lo es el matrimonio o la adopción.” Teniendo claro este término, podemos entender que la violencia doméstica (también denominada intrafamiliar) es aquella que se da, principalmente -aunque no exclusivamente- entre aquellas personas involucradas afectivamente dentro del hogar; esto es, entre la pareja que encabeza la familia y que, tradicionalmente, identificamos como “papá y mamá”, pero que en pleno siglo XXI bien podría ser “papá y papá” o “mamá y mamá”, por ejemplo. Ese tipo de relación agresiva desencadena efectos devastadores en los demás miembros de la familia. También hay expertos que señalan que la violencia doméstica puede darse entre hermanos y/o entre padres e hijos.

Como dato curioso, te cuento que mientras navegaba por Internet en busca de imágenes relacionadas con el tema que nos ocupa en esta artículo para ilustrarlo, únicamente encontré fotos en donde se presenta al hombre como el agresor y me pregunto: ¿a caso solo los hombres tienen ese potencial agresivo en su sangre o también existen mujeres que maltratan a sus maridos de alguna manera? Aunque, no perdamos de vista que, según la OMS, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia. Quizá le proponga a Anita que en algún episodio del pódcast hablemos de esa otra cara de la moneda… ¿qué opinas?

Niveles y tipos de violencia doméstica

Déjame preguntarte algo: cuando lees o escuchas “violencia doméstica”, ¿en qué piensas? Apuesto a que habrá quien diga “golpes”; quien piense en “gritos y groserías”, o quien lo asocie con “impedimento para la realización profesional”; la respuesta dependerá, por supuesto, de la experiencia personal (directa o indirecta) que has tenido en algún entorno doméstico hostil (real o ficticio -visto en alguna película o novela-) y las tres respuestas anteriores son acertadas, ya que la violencia doméstica no solo tiene diferentes formas, sino también distintos niveles.

¡Hay niveles … como en todo!

En 2009, el Instituto Politécnico Nacional de México (IPN) diseñó el “violentómetro” que es un instrumento para medir el nivel de violencia que viven las mujeres en las relaciones de pareja. Si lo “googleas”, encontrarás diferentes infografías del tema; pero, en esencia, la escala de violencia va desde las bromas hirientes, pasando por el control y prohibiciones, hasta el abuso sexual y el homicidio. Por eso te decía que la percepción de “violencia” siempre será subjetiva; es decir, habrá para quienes un chantaje como “todo lo que hago es para hacerte feliz y así me tratas” no la asocian con una situación violenta, mientras que para alguien más un manotazo o empujón “de vez en cuando” sea algo “normal”. Así que mejor échale un ojo al violentómetro para que diferencies los niveles y, por supuesto, estés preparada para no permitir ninguna de sus manifestaciones y actuar por tu salud física y mental.

Violentómetro creado en 2009 por el IPN. Fuente: https://rmsindicalistas.mx/

Tipos de violencia doméstica

Desde el punto de vista legal, los comportamientos abusivos dentro de un núcleo familiar o en una pareja se clasifican en cinco tipos:

  1. Violencia física. La que comúnmente está asociada al tema en cuestión por su nivel de evidencia; es decir, porque se nota cuando alguien la sufre porque los golpes la delatan (por mucho que trate de maquillarse).

  2. Violencia emocional o psicológica. Desafortunadamente no es tan evidente pues se ejerce a través de los celos, la humillación, la intimidación, el acoso verbal, los chantajes, etc... De hecho, me atrevo a decir que para la propia víctima resulta podría resultar complicado tener la certeza de estar siendo violentada por la línea tan difusa entre el amor y la manipulación. Muchas veces, se combinan conductas románticas con actos como el control excesivo o celos enmascarados como amor. (¡qué gran peligro!). La violencia verbal (gritos, groserías, frases ofensivas, expresiones como “cállate, tú no sabes”, “hazte para allá, quítate”…) es un derivado de este tipo de violencia. El principal golpe de este tipo de violencia lo recibe su autoestima y su estabilidad emocional.

  3. Violencia sexual. ¡No es no! Frase muy actual en defensa de los derechos de las mujeres y que busca dejar claro que el acto sexual debe ser consensuado … debe haber un ¡sí! E X P L Í C I T O, incluso dentro del matrimonio o de la convivencia regular de una pareja.

  4. Violencia económica. Este tipo de coerción es aplicada por quienes se sienten poderosos por el valor de su chequera y por eso optan por: (a) impedirle a su pareja trabajar para ser económicamente autosuficiente, (b) restringir a su pareja en el acceso a dinero, o (c) - todo lo contrario- exigirle a la pareja que le dé sus ingresos para beneficio propio. (¡qué sanguijuela!)

  5. Violencia digital. ¡Si no me das lo que quiero, entonces voy a publicar esta foto donde sales desnuda! ¡AGUAS CON LO QUE COMPARTES … por “mucha confianza” que creas tenerle a ese alguien, ya que una vez que sale cualquier foto, gif o video desde tu teléfono se vuelve de dominio público por el simple hecho de que pierdes control sobre ese contenido. En la era digital, la violencia también puede manifestarse en forma de ciberacoso, control de las actividades online de la víctima, publicación no consensuada de imágenes íntimas o el uso de las redes sociales para acosar y humillar a la víctima. ¿Te suena la Ley Olimpia? … si no, ¡échale un ojo a la historia de Olimpia Cora Melo!

Ley Olimpia en México

https://www.youtube.com/watch?v=oNTbnVmoigQ&t=19s

¿Cómo saber si estoy sufriendo violencia doméstica?

En México, la CONAPO (Comisión Nacional de Población) realiza la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (2011) y, algunas de las razones (red flags) por las que tanto hombres, como mujeres aseguraron enojarse con su pareja son:

Motivos que ocasionan el enojo con la pareja en los hombres:

• 41% de los hombres respondió que se molesta por celos

• 25.7%, porque su pareja tiene muchos amigos

• 23.1% señala que su pareja se enoja de todo sin razón aparente

Motivos que ocasionan el enojo con la pareja en las mujeres:

• 46% de las mujeres afirmó que se molesta porque siente celos

• 42.5% porque su pareja queda en algo y no lo hace

• 35% porque considera que es engañada

¿Identificas alguna otra señal de la violencia doméstica? De lo que sí estoy segura es de que el sexto sentido de la mujer alerta la conciencia y la predispone a actuar; es decir, uno sabe cuando algo no está bien, algo no funciona como debería (o desearía) … algo dentro de tu corazón te dice: ¡esto no me gusta!

violencia doméstica

Si te sientes incómoda, si te hace llorar, si te duele, si crees que no mereces lo que recibes o la manera en que eres tratada…

Y sí, además, esto te pasa de manera frecuente … en repetidas ocasiones

¡Ahí no es! Ahí estás siendo violentada

¿Cómo afecta la violencia doméstica a los niños?

Al inicio de este artículo te decía que las relaciones agresivas entre quienes encabezan una familia siempre van a repercutir de manera muy importante en los demás miembros de la familia que, regularmente, son los hijos, dejándoles secuelas emocionales de por vida (si no es que hasta físicas) dando pie a dos escenarios en su vida adulta: escenario uno, repetir el mismo patrón que vivió en casa (pues fue lo que aprendió y no puede dar algo que no tiene o que no recibió); o, escenario dos, romper el ciclo de violencia vivida para transformarse y construir un entorno familiar propio en el que prevalezca todo lo opuesto a lo que vivió: la armonía, el bienestar, el afecto en todas sus manifestaciones, la alegría, la abundancia, etc…

Según The National Child Traumatic Stress Network “los niños pueden desarrollar sus propias estrategias para lidiar con la situación (de violencia doméstica), y algunos no demuestran signos obvios de estrés. Otros tienen problemas en la casa, la escuela y la comunidad. Después de un incidente de violencia doméstica, puede notar cambios en las emociones del niño (como más temor o ira) y en su comportamiento (como aferrarse a usted, dificultad para dormirse o berrinches). Los niños también pueden tener problemas a largo plazo en su salud, comportamiento, escuela y emociones, sobre todo cuando la violencia doméstica se prolonga por mucho tiempo. Por ejemplo, los niños pueden mostrarse deprimidos o ansiosos, faltar a la escuela, o comenzar a usar drogas.”

Cuando vi la película de “Las cosas por limpiar” (Maid, 2021) no podía evitar pensar, en todo momento de la serie, qué iba a pasar con la vida de la hija de la protagonista, en qué futuro le depararía la vida, en si rompería el ciclo o si replicaría los comportamientos abusivos de su padre. El impacto en la vida de los hijos es inevitable en los entornos violentos; sin embargo, la esperanza no muere cuando -al menos- uno de los dos adultos involucrados en la relación sentimental no es violento, puede prestar protección, promueve la recuperación del hijo tomando medidas para aumentar la seguridad en la familia, ayuda a sus hijos a establecer relaciones con otros adultos que los apoyen y alenta tanto sus actividades escolares, como otro tipo de eventos que los pongan contentos y orgullosos, como asegura la Red Nacional de Estrés Traumático en los Niños.

¿Cómo pedir ayuda? ¡IMPORTANTE!

Cuando identificas que estás siendo víctima de violencia en alguno de sus niveles y eres consciente de que necesitas ayuda para ti, para tus hijos o para otra persona que sabes está siendo violentada, puedes marcar al 911 en los Estados Unidos para asistencia policial de emergencia; asimismo, está disponible la Línea Nacional de Crisis por Violencia Doméstica 800.799.SAFE (7233) o manda un mensaje de texto al 88788 con la palabra “START” o visita el sitio web www.thehotline.org, hay defensores disponibles para intervenir en casos de crisis, ayudar con un plan de seguridad y brindar referidos a agencias en todos los estados del país.

Si resides en México, también existen redes de apoyo a víctimas de violencia doméstica y está disponible la Línea sin violencia 800 10 84 053 a través de la se brinda atención, proporcionando intervención en crisis, atención psicoterapéutica especializada y asesoría jurídica, está dirigido: a mujeres, sus hijas e hijos en situación de violencia, en cualquiera de sus tipos y modalidades.

  • Opera las 24 horas del día, los 365 días del año.

  • La atención es gratuita, confidencial y de fácil acceso en cualquier parte de la República Mexicana.

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