La oscura sombra: entendiendo la depresión en los adolescentes

Por: Claudia Rivera

Me he dedicado durante los últimos 20 años de mi vida a trabajar en el sector educativo en México; inicié relativamente muy joven a dar clases a nivel preparatoria y licenciatura. Durante todos esos años nunca conocí una historia cercana entre mis estudiantes que tuviera qué ver con episodios de depresión y, mucho menos, intentos de suicidio. 

Fue hasta hace apenas unos tres años, justamente en plena pandemia, que empecé a escuchar a algunos jóvenes diciendo: “perdón que no me conecté a su clase, maestra, pero es que no me sentía bien”; o que alguna chica me escribía un mensaje de texto a mi cuenta de Teams para avisarme que “no llegaría a clase porque tenía algunos problemas”, y al otro día llegaba a buscarme con un semblante notablemente desmejorado; quizá también empezó a ser más frecuente el hecho de que me comentaran, de una manera muy usual, que tenían cita con su terapeuta, psiquiatra o psicóloga. 

Con esto quiero contarte que, para mí el tema de la depresión y salud emocional en los jóvenes es un tema que, hasta hace muy recientemente, me ha tocado “palpar” de manera más cerca y eso que, como te digo, llevo casi 20 años en un ambiente rodeado de jóvenes de entre 15 y 21 años. Y pienso que no es que antes esos dos temas no existieran en la sociedad, sino que hoy (y a partir de la pandemia por Covid-19) se han socializado. De hecho, en un estudio publicado por la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid se lee que la depresión existe desde la antigüedad; en el Antiguo Testamento se describe un síndrome depresivo en el rey Saúl. Homero, en el 400 a. C., se refirió a los trastornos mentales a los que denominó “mainé” y “melancolía”( En la Ilíada se relata el suicidio de Ajax). Soranos de Ephesus describió los síntomas principales de la melancolía que son tristeza, deseos de morir, suspicacia acentuada, tendencia al llanto, irritabilidad en ocasiones jovialidad.

Lo que sí me queda claro es que hoy, más que antes resulta más común y frecuente poner esos temas sobre la mesa y hablar de ellos en los diferentes entornos sociales (escuela, familia, trabajo, etc…), así como de las estrategias para combatirlos y garantizar la salud mental de nuestras y nuestros jóvenes. Y hablando de “socializar el tema de la depresión y el suicidio entre adolescentes”, ¿qué tal la serie 13 Reasons why? Yo la vi en el 2017, año de su lanzamiento, y para ese entonces yo ya era mamá de mi primera hija y me impactó la temática de la serie y su abordaje, pues mientras la veía (que dicho sea de paso, me aventé de un solo jalón -sin dormir- los 13 episodios completos de la primera temporada) no dejaba de impresionarme cómo hubo tantos adultos dentro del círculo social inmediato de la protagonista que pudieron haber evitado su suicidio, de manera que pareciera que pasaron “sordos, ciegos y mudos” a su lado y no se percataron de las señales.

¿Qué es la depresión en adolescentes?

Partamos del punto de que un adolescente es una persona que oscila entre los  13 y los 17 años de edad; una de cada seis personas en el mundo tiene entre 10 y 19 años. A nivel global, se estima que 1 de cada 7 personas (14%) de entre 10 y 19 años está experimentando alguna condición de salud mental, siendo la adolescencia una etapa formativa única y determinante en la vida de todo ser humano. 

Según expertos de Mayo Clinic, la depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta la manera en que un adolescente piensa, se siente y se comporta, y puede provocar problemas emocionales, funcionales y físicos. Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes. 

Cifras de la Organización Mundial de la Salud destacan que la depresión constituye un problema importante de salud pública, más de 4% de la población mundial vive con depresión y los más propensos a padecerla son las mujeres, los jóvenes y los ancianos. (Descifr3mo5, 15-2)

Según la World Health Organization, la depresión, ansiedad y los desórdenes de comportamiento se encuentran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes. 

RED FLAGS de la depresión en adolescentes y jóvenes

Almudena García Alonso, Doctora de la Facultad de Psicología en Universidad Complutense de Madrid, señala los siguientes como algunos de los “focos rojos” a los que hay qué prestar atención:

  • inhibición

  • sensación de vacío y desinterés general

  • disminución de la comunicación 

  • disminución del contacto social

  • alteraciones del apetito (baja de peso por sin estar a dieta o aumentar de peso por comer en exceso)

  • alteraciones del sueño (no poder quedarse o permanecer dormido o, por el contrario, dormir más de lo normal) 

  • agitación o enlentecimiento psicomotor

  • sentimientos de culpa y de incapacidad

  • problemas para concentrarte, recordar información o tomar decisiones.

  • ideas de muerte 

  • intento de suicidio e, incluso, en su forma más grave: suicidio. 

¿Qué causa la depresión en los adolescentes y jóvenes?

El portal de salud, Bupa Salud México, refiere que se cree que la depresión es hereditaria, por lo que si un niño/adolescente tiene algún familiar cercano con depresión entonces tendrá más probabilidades de desarrollarla. Señala que la depresión es más habitual en las niñas que en los niños; sin embargo,  las tasas de suicidio en la adolescencia son más elevadas entre los niños que entre las niñas.

Es importante tener en cuenta que la depresión también se asocia con cambios en el funcionamiento cerebral del niño. Es posible que se produzcan cambios químicos en el área del cerebro que controla el estado de ánimo y por ellos se generen los síntomas de la depresión.

En este portal se enlistan las siguientes causas de depresión entre niños, adolescentes y jóvenes:

  • Problemas familiares o separación de los padres.

  • Muerte de un familiar, un amigo o alguien cercano.

  • Acoso escolar.

  • Abandono.

  • Trastornos de salud prolongados o enfermedad grave.

  • Dificultades escolares.

  • Cambio importante en su vida, como una mudanza de domicilio.

  • Problemas con los amigos.

  • Abuso de alcohol u otras sustancias.

¿Cómo se atiende la depresión en adolescentes y jóvenes? 

MedlinePlus, un sitio oficial de los Estados Unidos de América, describe con detalle algunos de los tratamientos para la depresión en adolescentes, entre los que enlista:

  1. Psicoterapia o terapia de conversación. 

  2. Medicación (con antidepresivos)

  3. Programas para depresión mayor (Psiquiatría)

Como padres y madres de familia, lo que podemos hacer es, primero, conocer muy bien la personalidad, gustos, hábitos y entorno social (con quiénes se relacionan fuera de casa) de nuestras y nuestros hijos para, luego, estar muy al pendiente de cualquier cambio en esos aspectos. Otra manera de cuidar de nuestros hijos y estar atentos es a través de la escucha activa que, en palabras de Marisa Glover, es:

  • No juzgar. Cada vez que alguien te esté diciendo algo escúchalo únicamente con atención y evita juzgarlo. 

  • Evitar dar consejos. 

  • No interrumpir al otro. 

    Yo me atrevo a sugerir, incluso, que así como cuando llevamos a nuestros hijos al pediatra o médico de cabecera a que lo recete cuando presentan resfriado, tos, dolor de barriga, dolor de muelas, etc… también vayamos normalizando el llevarlos de manera preventiva a un chequeo con un profesional de la salud mental (psicólogo) que le escuche y pueda identificar si todo va bien con sus emociones y sentimientos; quizá en mis tiempos de adolescente ir al psicólogo estaba “mal visto” porque uno era tacado de “loco o loca”, pero hoy es INDISPENSABLE (sí, con mayúsculas) el atendernos la inteligencia emocional y, por qué no, recibir lecciones y guía sobre cómo gestionarla (ojo: tanto adolescentes y jóvenes, pero también adultos … ¿a poco no?). Que ir a terapia sea parte de la “canasta básica” de toda familia.

Es muy importante tener bien presente que la familia es el lugar más seguro para los nuestros; es ese sitio en el que nuestros niños, adolescentes y jóvenes deben sentir apoyo, atención, cuidado, soporte, cariño y contención; somos los adultos los responsables de generar ese entorno para ellas y ellos.  

¿Dónde puedo pedir ayuda?

En México existe la LÍNEA DE LA VIDA  800 911 2000 es una línea telefónica disponible para recibir ayuda profesional para personas con depresión que ha constituido un mecanismo para brindar apoyo emocional a las personas que lo requieran y recibir un tratamiento adecuado.

En los Estados Unidos de América existe la LIFELINE 988 de Prevención del Suicidio y Crisis a través de la cual se brinda apoyo gratuito y confidencial las 24 horas del día, los 7 días de la semana para personas que están pasando por momentos difíciles. También ofrecen recursos de prevención y crisis para familiares.

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