No-Buy Year, el año de las cero compras y cómo puede cambiar tu vida
Por: Paola García
A finales del 2022 escuche un episodio en mi muy querido The financial Diet podcast con una invitada muy particular: Hanna Louise Poston, hablando del muy famoso “ No-Buy Year” proyecto que realizó en el 2018 desde el 1 de enero al último día de diciembre de ese año, con la mera intención de alejarse a la fuerza de las compras compulsivas; porque un día le llegó un aha moment! y se dio cuenta de que el dinero no únicamente se le esfumaba de las manos; sino que, de continuar así, iba a terminar en bancarrota … en la ruina total.
¿Ustedes creerán que esta bella dama, osea yo, decidió aplicar el consejo y que, durante todo el 2023, fui una persona de bien y responsable de mi lana? Pues no. Al segundo mes de ese año, caduqué porque no me pude resistir a los encantos de Don Amazon y Don Uber Eats, y otras tantas muy estúpidas decisiones que llevaba años arrastrando y que se acrecentaron durante los meses de 2023.
Es por eso por lo que, para el 2024, esta dama de hierro viene mentalizada a lograr la misma meta que Hanna: reeducar mis hábitos consumistas, modificar mis conexiones cerebrales y evitar el despilfarro al 100%; la pregunta del millón es, y ¿cómo carajos se hace eso? Suena re bien, pero y ¿por dónde se empieza? ¿voy a vivir de las sobras que me regalen los vecinos? ¿vestiré harapos y cantaré la gata bajo el tejado en los días lluviosos para sentirme aún más miserable? NO, la respuesta es no.
El “No-Buy year” consiste en no gastar nuestro dinero en todo aquello que nos gusta y que no necesitamos; hay que revisar nuestra lista de compras de la app que más usamos y, seamos honestos, de todo eso, si no lo tuviéramos, ¿nuestra vida pendería de un hilo? Si la respuesta es no, entonces ya saben por dónde va la cosa. Si dentro de los planes por cumplir está tomar un curso que me puede hacer ganar más lana para vivir mejor y que no he tomado porque decidí gastar en pestañas postizas de esas magnéticas que están de moda, entonces por aquí sí va la cosa.
¿Que sí comprar? Lo esencial para subsistir: en primer lugar, comida en el mercado o en el super, no en el Uber Eats; personalmente, cocinar no es mi fuerte (es más, lo odio), pero estoy consciente de que si preparo mi comida yo es más sano y, por ende, mucho más barato.
Y, en segundo lugar, artículos para el cuidado personal; estos también se incluyen, pero no cuatro de cada producto para tenerlos en stock por si las moscas, sino solo los de reemplazo hasta que el artículo pasado se haya terminado por completo.
Ropa, zapatos, más maquillaje, más ropa, más zapatos y chucherías que están en el closet “por si acaso algún día se ocupan” … eso, amigos míos, no es prioridad, eso está prohibido por 12 meses … ¡sí! , leyeron bien … PROHIBIDO POR 12 MESES.
Uno debe darse de baja de todos los newsletters de aquellos lugares que amamos y que nos invitan a gastar lo que muchas veces no tenemos. También hay que decirle adiós a las suscripciones que no son vitales o, por lo menos, rotarlas; es decir, algunos meses entran unas, otros meses no. Definitivamente, a todo lo que tenga que ver con acumulación en el hogar se le dice ¡bye!.
Y ¿qué voy a ganar con todo esto, además de deprimirme por sentirme pobre?
Nada más y nada menos que estabilidad económica que se traduce en tener suficiente dinero para irse a las vacaciones soñadas, hacerse responsable de nuestras emociones y dejar de echarle la culpa a los impulsos, a la ansiedad, al precio del dólar o a lo que sea que luego nos inventamos para justificar gastos absurdos y, sobre todo, entender que no necesitamos comprar cosas para impresionar a nadie. Ya a mis 40’s, eso no es prioridad … hay que comenzar a ser adultos responsables para nuestra vejez y, sobre todo, para podernos ir a la cama tranquilos, dormir largo y tendido sin que nos despierte la preocupación por el próximo pago de la tarjeta de crédito.
¿Le entras al reto? ¿de qué manera crees que esto te beneficiaría?
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