Pros y contras de las actividades extraescolares
Por Claudia Rivera
El regreso a clases está a la vuelta de la esquina, ¡¿en qué momento se nos acabó el verano?! No por nada es tan cierta la frase : “el tiempo vuela cuando uno se está divirtiendo”.
Regresar a clases es sinónimo de retomar rutinas porque, de cierta manera, son las rutinas escolares y extraescolares de nuestros hijos las que realmente nos exigen a los padres considerar diferentes actividades en la agenda diaria para cumplir nuestros objetivos familiares (cualesquiera que estos sean para cada familia).
Yo que tengo un trabajo de oficina full time 8 horas de lunes a viernes me viene muy bien el regreso a clases porque, prácticamente, tenemos el mismo horario mis hijos y yo; dicho sea de paso, me considero una suertudota porque el esquema laboral de mi esposo empata perfecto con el mío, ya que él se ocupa -en general- los fines de semana, mientras que yo entre semana, así nos podemos alternar las labores del hogar y responsabilidades con nuestros hijos.
Peeeeeeero, ¿cuándo se empieza a poner interesante la rutina diaria cuando empieza el ciclo escolar? Pues nada más y nada menos que cuando es momento de tomar la decisión de si inscribir o no en actividades extraescolares a los dos retoños … ¡me vuela la cabeza el solo hecho de pensar en el trajín por las tardes que implica el llévalos, recógelos, córrele a llevar a uno, apúrate a recibir al otro…! ¡OMG! ¡Solo pensarlo me canso! Y más porque, como ya te digo, tengo una chamba full time por las mañanas (desde hace más de 18 años) y, si bien no tengo desgaste físico, sí uno mental súper cañón, por lo que anhelo tener las tardes para relajarme, descansar y recargar pila.
Sin embargo, también soy una fiel creyente en que como padres tenemos el deber de ofrecerles a nuestros hijos lo mínimo que recibimos de pequeños para nuestra preparación académica. En mi caso, recuerdo perfecto que fue una niña en constante actividad extraacadémica: jazz, tap, malambo, guitarra, artes plásticas, etc.. OJO: fui hija única durante 15 años, por lo que esa era una gran ventaja a favor de mi santa madre en comparación con lo que me toca hoy a mí, pues con 2 críos la cosa se va complicando y más cuando uno es niño y la otra niña, ¿estás de acuerdo? porque a uno le gusta el tennis y a la otra el canto.
Ventajas y desventajas de las actividades extraescolares.
Entonces, con el regreso a clases, me puse a pensar en los PROS y CONTRAS de las actividades extraescolares para mis hijos y aquí te comparto mis conclusiones, esperando que te sean de utilidad si, como yo, te encuentras en la incertidumbre con relación a este tema:
5 PROS de las actividades extra académicas:
Fomentan la disciplina: cuando los niños y pubertos participan en de manera periódica en actividades estructuradas (con reglas, tiempos, espacios definidos) pueden desarrollar más sentido de la responsabilidad y de la autodisciplina, entendida esta como la capacidad que ayuda a tu hijo(a) a fijarse una meta y tener la motivación para cumplirla.
Reducen el estrés: practicar actividades que los niños disfruten les permite reducir niveles de cortisol (que es la hormona del estrés) y aumentar los de oxitocina (la famosa hormona de la “felicidad”); así, pueden equilibrar las presiones que pueden estar sintiendo en la escuela y tener un mejor ánimo para afrontarlas.
Son excelente para fomentar la socialización: hace unos días me topé en el entrenamiento de fútbol de mi hijo (que, curiosamente, era su primer día) con una amiga que es mamá de un compañerito de escuela de mi hija; ella me comentó que su hijo (Rodri) tenía apenas unas 3 o 4 semana llendo a esa escuela de fútbol muy a pesar de que se considera más fanática del tennis que del balompié, pero que había decidido llevar a Rodri para que socializara y mejorara sus habilidades de interacción con otros niños. Y es que a los padres pareciera preocuparnos mucho que nuestros hijos sean introvertidos, por el miedo (digo yo) de que no puedan enfrentarse a un mundo en el que las habilidades de interacción con otros son clave para el éxito (cualquiera que sea tu definición de éxito).
Brindan plataformas para el desarrollo de competencias: y cuando digo “competencias” no hablo en el sentido de “competitividad”, sino que me refiero al conjunto de conocimientos (saber), habilidades (hacer) y actitudes (ser). Las actividades extraacadémicas nos ayudan tanto a los padres, como a los niños a descubrir sus verdaderos talentos; en ocasiones, descubrimos de esos talentos que en la escuela tradicional no “califican” pero que, sin duda, también hacer destacar a quien los tiene; mucho sobre este tema tenemos muchos que aprender del psicólogo estadounidense Howard Gardner y su famosa teoría de las “Inteligencias múltiples”.
Ayudan a mejorar el rendimiento académico: algunos estudios sugieren que las y los niños que toman algún tipo de clase luego de su horario escolar tienden a tener un mejor rendimiento académico, posiblemente debido a la mejora en la gestión del tiempo, del enfoque y de la disciplina.
5 CONTRAS de las actividades extra académicas:
Toda moneda tiene dos caras; pasa lo mismo con las actividades extraescolares. Aquí te enlisto algunas desventajas que pueden tener para que, con conciencia, tomes la mejor decisión para tus hijos en este regreso a actividades escolares.
Exigen sobrecarga de horario: tanto para los hijos, como para los padres, ya te digo yo. Por un lado, para los niños puede resultar agotador tener un horario semanal lleno de actividades, causándoles fatiga y estrés. Y, para los padres, qué te cuento de pasarte unas 3 o 4 horas dentro del auto, como chofer, de un lado a otro. Por eso, lo que yo recomiendo con base en mi experiencia de mamá es: tener criterio para priorizar los días en los que sí y en los que no habrá actividad por las tardes, según si es temporada de exámenes o de proyectos académicos, para no saturar a los críos. Para las mamás: ¡ármense de toda la paciencia que puedan encontrar!, elijan un buen podcast, un audiolibro o libro físico para nutrir su mente en lo que esperan a que sus hijos terminen sus actividades.
Impactan en el tiempo de estudio: Como ya te decía líneas arriba, si es semana de evaluaciones o de proyectos, hay que priorizar con base en lo que consideremos es más importante para el desarrollo de nuestros hijos y, OJO, puede ser que elijamos que sí asista al torneo de golf, aunque sacrifique uno o dos días de exámenes, esto lo determinará cada familia y es muy válido; lo único importante es tener en cuenta que, como bien dice mi mamá: “una estrella no puede brillar en el día y en la noche al mismo tiempo”.
Vuelven más compleja la logística familiar. La logística de transportar a los hijos a diversas actividades puede ser un desafío para la familia, especialmente cuando se tienen varios hijos con diferentes intereses; ya te contaba mi caso, pues tengo niño y niña y no veo la manera de meterlos a los dos al “ballet” y no porque sea partidaria de los estereotipos de género, sino porque a mi hijo lo que le gusta es el fútbol, el lodo, el pasto, el roce con otros niños, ¿me explico? En la única actividad en la que sí los he tenido junto es la natación y, sí, entre menos traslados y “corre-corre” tenga uno, mucho mejor.
Invariablemente, demandan una inversión adicional. Y sí, hay que revisar con detalle el presupuesto familiar para considerar esta inversión que, sin duda, es la mejor herencia que vamos a dejarles a nuestros hijos: las herramientas para que enfrenten el mundo de una manera más preparada, dinámica y proactiva. Justo cuando me toca hacer este análisis de las finanzas familiares es cuando caigo en cuenta de que mis hijos sí lo valen porque sé que mis padres hicieron la misma inversión en mi preparación y hoy, sin afán de ser pretenciosa, puedo decir que esas actividades extraescolares enriquecieron mi preparación académica y mi visión del mundo.
Competitividad excesiva: en algunas actividades puede haber un enfoque demasiado cargado hacia la competencia, hacia ganar los primer lugares si no, no cuenta. Esto puede desanimar a los niños que no están interesados en competir o que no destacan en ciertas áreas.
Espero que estas conclusiones a las que llegué te sean de utilidad para reflexionar sobre el enfoque que tú y tu familia tienen de las actividades extraescolares; como todo en la vida, es cuestión de equilibrio y balance para permitirles a nuestros hijos desarrollar su talento pero no como una exigencia, sino como una manera feliz de autorealización y descubrimiento de su propia identidad. ¿Qué opinas tú de este tema? ¿Tienes identificados algunos otros pros y contras? ¡Me encantaría leerte para agregarlos a mi lista de reflexión!