Mujer multitasker: hábil o débil

Por Claudia Rivera

¡¿Qué tal?! Qué gusto volvernos a encontrar en este espacio que nos permite pensar, hablar y opinar sobre tantos @RollosDeMujeres que tenemos en común y sobre los que, sin duda, es básico expresarnos.

En esta ocasión quiero hablarte sobre un tema que se me vino a la mente una mañana mientras preparaba el desayuno para mis hijos. Estaba en la cocina dispuesta a cocinarles algo rico y nutritivo, así que mientras esperaba que se cocieran los huevos en el sartén, me movía rápidamente entre la licuadora para batir el chocomilk y el lavatrastes para ir enjuagando los trastes sucios que iba desocupando, pero al mismo tiempo le echaba un ojo a la lavadora para estar pendiente del encendido del botón que me alertaba de poner el suavizante de ropa a tiempo para alcanzar a secar la ropa antes de salir de casa … ¡ahhh! pero también escuchaba un episodio de un podcast sobre salud mental y manejo de emociones, en tanto que de rato en rato les hablaba a mis hijos para que ya bajaran a sentarse a la mesa para comer. ¡WOW! en un instante pensé para mis adentros, qué manera de hacer tantas cosas simultáneamente, estoy segura -me dije- que Milton (mi esposo) no lo lograría, si la última vez que se dispuso a consentirnos con una rica taza de chocolate caliente -de esos espumosos que se antojan para chopear con conchas de vainilla o con bolillito caliente, muy al estilo mexicano- se distrajo unos segundos y se le tiró media olla de chocolate en la estufa. ¡Qué va!, seguía pensando mientras lavaba la licuadora, las mujeres tenemos el chip del multitasking bien instalado y nos diferencia del sexo opuesto; muy segura de mí misma me dije: ¡ómbre! ¡nos hace superiores! Pero al instante se me vino a la cabeza la duda de si científicamente estaría comprobado que las mujeres somos más diestras que los hombres en el tema del mutitasking y, ante ese inquietud, me di a la tarea de investigar con la certeza de que era muy probable que sí, ¿tú que crees?

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¿Qué es el multitasking?

Según Mayo Clinic, el multitasking “consiste en llevar a cabo más de una acción simultáneamente, ya sea de forma sincronizada o en un espacio de tiempo compartido. Esta forma de trabajo busca sacar el mayor provecho de un plazo temporal o jornada, asegurándose de que todas las acciones cumplan con sus objetivos específicos.” Yo he sido, hasta hace muy poco tiempo, una de las mujeres que se jactan de tener esta gran destreza y de sentirme orgullosa de tener la capacidad de multiplicar mi productividad en la chamba (y también en las labores del hogar) gracias a que puedo prestar atención a varios asuntos simultáneamente … para acabar rápido: ¡superwoman me quedaba enana! ¿Te has sentido así? ¿También eres de las que les toca hacer de todo un poco -o un mucho- y decir que puede con eso y más? Bueno, pues creo que nos pasa a la mayoría y, realmente, no está mal; sin embargo, no se trata de una habilidad del todo benéfica para nuestra salud mental y física.

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¿Qué dicen los expertos acerca de los multitaskers?

Dándome a la labor de investigar un poco sobre lo que dice la ciencia acerca del multitasking, así como queriendo comprobar que las mujeres tenemos esta habilidad más desarrollada que los hombres, me topé con lo que mi muy admirada Marián Rojas Estapé -reconocida psiquiatra española- dice sobre lo que realmente es la multitarea: “…baja muchísimo la pila -refiriéndose a la energía de las personas- porque realmente no existe la multitarea, lo que sí existe es una alternancia continuada de la atención de forma rápida o despacio”; es decir, hemos vivido engañadas con que el multitasking es altamente deseable en la sociedad moderna porque, dice Marián, “es como una atención completamente distorsionada porque no se le presta atención plena ni a una cosa ni a otra”. Mientras escuchaba a mi psiquiatra favorita decir esto, yo lo comparaba con el “zapping” que consiste utilizar el control remoto de la televisión para pasar rápidamente de un canal al otro sin detenerse en ninguno en particular hasta no encontrar aquello que nos complace.

El alto costo de la multitarea.

Bueno y entonces, ¿deberíamos evitar la multitarea? Pues yo concluyo que sí con base en las conclusiones a las que han llegado los expertos, quienes aseguran que la multitarea cobra facturas caras a nuestra salud física y mental porque nos exige altos niveles de energía; los científicos afirman que los efectos del multitasking son:

  • Disminuye nuestra productividad pues implica dividir la atención en varias cosas al mismo tiempo. Pensándolo bien, sí me he encontrado a mí misma en la chamba teniendo varios asuntos abiertos de manera simultánea, tratando de atender una, la otra y la otra también, mientras paso de un asunto a otro sin cerrar ninguno; si bien mi mente se siente 100% ocupada, mi rendimiento no podría medirlo al mismo porcentaje.

  • Crea estrés, conduciendo al burnout. La doctora Nancy K asegura que “la investigación en neurociencia nos dice que el cerebro en realidad no realiza tareas simultáneamente, como pensábamos que hiciera”, sino que es el proceso repetitivo inicio-detención-inicio sin conclusión; por tanto, hay menos eficiencia y más agotamiento de la energía que conduce a niveles altos de estrés.

  • Afectación de la memoria. Está comprobado que cuando una persona divide su atención es difícil que recuerde mucho, por lo que tenderá a enfocarse únicamente en aquello que considera prioritario, pero al resto no, perdiendo así la capacidad de atención en los detalles.

Luego de enterarme de este elevado costo que estoy pagando por autoexigirme un alto nivel de productividad mediante la multitarea, he sido consciente de que, tristemente, me compré la falsa creencia que la sociedad moderna nos ha impuesto de “hacer más en en el menor tiempo” o de “sacarle el máximo provecho a cada minuto del día” y durante muchos años le he demandado a mi mente y a mi cuerpo un nivel de estrés (en lo laboral o, incluso, en lo personal) de “campeonato”; y, lo peor, jactándome de ser súper eficiente cuando, en realidad, estoy fatigándome y restándole calidad a mi vida.

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¿Quiénes son más multitasker: el hombre o la mujer?

Es bien sabido que el cerebro masculino y el cerebro femenino tienen diferencias biológicas muy significativas. Adicional a esto, durante varios años se fue consolidando en la sociedad el estereotipo de la mujer multitasking, teniendo como base de estudio y argumento de los factores hormonales de las féminas o, incluso, a un mecanismo evolutivo según el cual las mujeres, tradicionalmente relacionadas con labores del hogar y cuidado de los críos han tenido que desarrollar una “capacidad especial” para abarcar varias tareas al mismo tiempo.

Sin embargo, estudios recientes realizados en la Universidad Técnica de Aquisgrán en Alemania han descartado que las mujeres, al llevar a cabo varias actividades a la vez, lo hagan mejor que los hombres, ¿cómo la ves? Es decir, no existe evidencia científica que compruebe lo que yo, firmemente creía. Lo que sí ha quedado de manifiesto es que las mujeres sí trabajamos más, ¿qué tal? y nos hemos empeñado en hacerlo lo más eficientemente posible para ganarnos los puestos, los lugares y los reconocimientos sociales; dicho de otra manera, la sociedad sí espera de nosotras que “podamos hacerlo todo y al mismo tiempo” y yo se lo atribuyo un tanto a la emancipación femenina de nuestra era que ha proclamado a la mujer como un ser empoderado, capaz de salir adelante sin necesidad del sexo opuesto.

Entonces, ahora que que me caen los veintes de que este esterotipo más allá de ser benéfico para mí, está mermando la energía, he comenzado a trabajar en mi nivel de autoexigencia -sobre todo en el ámbito laboral-, siendo consciente de esos momentos en que estoy “full” productiva tratando de atender mis múltiples pendientes antes de que termine la jornada y mejorando de manera consciente mi diálogo interno diciéndome “una tarea a la vez”, “concluye esto antes de pasar a aquello”, “tranquila, tú marcas tu propio ritmo” … la voz interior es tan poderosa que hay que escucharla más que los ruidos del exterior.

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Una tarea a la vez… ¡es la clave!

Inicié este artículo diciendo que me interesaba aprender si estaba comprobado científicamente que había diferencias entres la “habilidad” multitarea entre hombres y mujeres, ¿recuerdas? Bueno, luego entonces no solo comprobé que NO EXISTEN diferencias entre sexos; incluso, que ambos sexos nos distraemos por igual… ¡hágame usted el favor!

Además, aprendí que el experimento de Patricia Hirsch, de la Universidad de Aachen, en Alemania, permite explicar la diferencia entre la multitarea simultánea (es decir, atender a dos actividades al mismo tiempo: por ejemplo, textear mientras manejas -pésimo ejemplo, lo sé, pero tan cotidiano-) y la multitarea secuencial (cuando pasamos de una actividad a otra cada cierto tiempo). El resultado de este experimento fue comprobar que, en realidad, la simultaneidad NO EXISTE… es una mera ilusión, de tal manera que la experta sugiere detenerse y considerar que en realidad estamos alternando la atención sin fijarla al 100% en una tarea ni en otra. Ella propone preguntarnos ¿por qué no le dedico 10-45 minutos a una tarea, trato de concluirla y, luego cambio a otra? Nos reta a concentrarnos en una sola tarea para comprobar si la completamos mejor, más rápido y con menos energía”. Esta recomendación de la Dra. Hirsch me hizo acordarme de la famosísima técnica “Pomodoro”, ¿la conoces? El objetivo de esta técnica es usar el tiempo a tu favor para lograr tareas del modo en que quieres hacerlas, permitiéndote mejorar de manera continua tu estilo de trabajo, ¿qué tal? Aquí te comparto una fuente para que conozcas más y te animes a probarla.

Finalmente, te comparto un último aprendizaje que tuve luego de mi búsqueda implacable de explicaciones sobre los pros y contras del multitasking y es que la caminata es la única tarea que puede alternarse con otras tareas pues mientras caminamos, podemos hacer otras cosas sin sacrificar la eficiencia. ¡esto me pudo encantar! porque amo las caminatas y el jogging y ciertamente ya había escuchado que, incluso, se puede meditar mientras lo practicas … ¡ahora ese argumento me hace todo el sentido!


Recuerda que tú y solo tú tienes la capacidad de establecer el ritmo de tus rutinas (laborales, personales, familiares); evita ser presa de los estereotipos sociales que nos exigen demasiado a las mujeres, a final del camino eres tú quien establece sus metas rumbo a su propia felicidad.

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